La tierra gime en terrible agitación, Después de la temible desolación, Tras presenciar los insultos y el maltrato, Y la vil indiferencia del gran Pilato. Jesús llevado ante los jueces del Sanedrín, Cargando en su costado la cruz sin fin, Acusado con escarnio por el populacho, Tratado como a un simple mamarracho. Sus discípulos pierden toda esperanza, Y esconden el rostro detrás de la plaza, Cristo derrama la última gota en el madero, Para expiar la maldad del mundo entero. María llora sin consuelo por su hijo, Rogando al cielo misericordia en su aflijo, Pedro, ya lo ha negado las tres veces, Al cantar el gallo y rebuznar las reces Cristo en medio de los dos ladrones, Afligido por los clavos y sus punzones, A pesar de su dolor brinda confianza, Ofreciéndono redención y esperanza. Vivió como varón perfecto sin mácula, Y enseñaba el evangelio rodeado de fácula, Restauró las verdades de reino Celestial, Dando la Gloriosa Pascua como manantial. ...